jueves, 9 de marzo de 2017

para leer

Los seres humanos adquirimos la capacidad de comunicarnos en nuestra lengua materna, de manera natural a una edad muy temprana, prácticamente desde que empezamos a balbucear nuestras primeras palabras. Nuestro cerebro está preparado para adquirir el lenguaje, y lo emplea como herramienta de pensamiento y de comunicación. Pero la cosa se complica cuando nos decidimos a aprender otros idiomas. Cuando se trata de otra lengua, nos cuesta asimilar los fonemas y estructuras diferentes que no entran en nuestros aprendizajes o esquemas primarios, adquiridos de manera natural. Al mismo tiempo cuando intentamos expresarnos o comprender otro idioma, nuestra mente emplea primero el idioma materno, es decir antes de hablar pensamos en nuestra lengua y luego traducimos y al escuchar intentamos traducirlo a nuestro idioma. Resulta fundamental convertir la enseñanza en una experiencia lúdica y dotarla de sentido para que motive a los estudiantes. Por otro lado debemos fomentar que empleen el pensamiento en el idioma en el que han de comunicarse y exponerlos a los fonemas y estructuras de dicho idioma.

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